La terminología utilizada para describir la transmisión de patógenos a través del aire varía entre disciplinas científicas, organizaciones y el público en general. Si bien esto ha sido así durante décadas, durante la pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19), los términos “aéreo”, “transmisión aérea” y “transmisión por aerosoles” se utilizaron de diferentes maneras por parte de las partes interesadas en diferentes disciplinas científicas, lo que puede haber contribuido a información engañosa y confusión sobre cómo se transmiten los patógenos en las poblaciones humanas.
- Este informe de consulta técnica global reúne puntos de vista de expertos que abarcan una variedad de disciplinas con el objetivo clave de buscar consenso con respecto a la terminología utilizada para describir la transmisión de patógenos a través del aire que pueden potencialmente causar infecciones en los humanos.
Esta consulta tuvo como objetivo identificar una terminología que pudiera ser comprendida y aceptada por diferentes disciplinas técnicas. El proceso acordado fue desarrollar un documento de consenso que pudiera ser respaldado por agencias y entidades globales. A pesar de las discusiones y desafíos complejos, se lograron avances significativos durante el proceso de consulta, especialmente el consenso sobre un conjunto de descriptores para describir cómo se transmiten los patógenos a través del aire y los modos de transmisión relacionados. La OMS reconoce las áreas importantes donde no se alcanzó consenso y continuará abordando estas áreas en consultas de seguimiento.
El alcance de qué tipo de patógenos se cubrieron en esta consulta y los descriptores resultantes utilizados en este documento son los siguientes:
– Patógenos contenidos dentro de una partícula (conocidos como ‘partículas infecciosas’) que viajan a través del aire, cuando estas partículas infecciosas son transportadas por el flujo de aire expirado (se conocen como ‘partículas respiratorias infecciosas’ o IRP), y que ingresan al tracto respiratorio humano (o se depositan en la mucosa de la boca, nariz u ojo de otra persona).
– Patógenos de cualquier fuente (incluidos humanos, animales, medio ambiente), que causan predominantemente infecciones respiratorias (por ejemplo, tuberculosis [TB], influenza, síndrome respiratorio agudo severo [SARS], síndrome respiratorio de Oriente Medio [MERS]), así como aquellos que causan infecciones que involucran el sistema respiratorio y otros sistemas de órganos (por ejemplo, COVID-19, sarampión).
El siguiente resumen ejecutivo detalla los descriptores y etapas definidos por esta consulta extensamente discutida para caracterizar la transmisión de patógenos a través del aire (en circunstancias típicas):
– Individuos infectados con un patógeno, durante la etapa infecciosa de la enfermedad (la fuente), pueden generar partículas que contienen el patógeno, junto con agua y secreciones respiratorias. Dichas partículas se describen aquí como potencialmente ‘partículas infecciosas’.
– Estas partículas potencialmente infecciosas son transportadas por el flujo de aire expirado, salen de la boca/nariz del individuo infectado a través de la respiración, habla, canto, escupir, toser o estornudar y entran en el aire circundante. A partir de este punto, estas partículas se conocen como ‘partículas respiratorias infecciosas’ o IRP.
– Las IRP existen en una amplia gama de tamaños (desde submicrones hasta milímetros de diámetro). Las IRP emitidas se exhalan como una nube de humo (viajando primero de manera independiente de las corrientes de aire y luego dispersas y diluidas aún más por el movimiento de aire de fondo en la habitación).
– Las IRP existen en un espectro continuo de tamaños, y no se deben aplicar puntos de corte únicos para distinguir partículas más pequeñas de más grandes, lo que permite alejarse de la dicotomía de términos anteriores conocidos como ‘aerosoles’ (generalmente partículas más pequeñas) y ‘gotas’ (generalmente partículas más grandes).
– Muchos factores ambientales influyen en la forma en que las IRP viajan a través del aire, como la temperatura ambiente, la velocidad, la humedad, la luz solar (radiación ultravioleta), la distribución del flujo de aire dentro de un espacio y muchos otros factores, y si retienen viabilidad e infectividad al alcanzar a otras personas.
El descriptor ‘a través del aire’ se puede utilizar de manera general para caracterizar una enfermedad infecciosa donde el principal modo de transmisión involucra al patógeno viajando a través o estando suspendido en el aire. Esto se asemeja a otros descriptores de salud pública de enfermedades infecciosas, como ‘transmitido por agua’ y ‘transmitido por sangre’, que se refieren al medio principal a través del cual se transmite una enfermedad específica, y como se entiende comúnmente por las comunidades científicas, clínicas, de salud pública y el público en general.
El descriptor ‘transmisión a través del aire’ se puede utilizar para describir el modo de transmisión de IRP a través del aire.
Bajo el paraguas del ‘a través del aire’, se pueden usar dos descriptores:
– ‘Transmisión/inhalación por aire’: Ocurre cuando las IRP expulsadas al aire como se describió anteriormente y entran, a través de la inhalación, en el tracto respiratorio de otra persona y pueden causar potencialmente infección. Esta forma de transmisión puede ocurrir cuando las IRP han viajado distancias cortas o largas desde la persona infectada. El portal de entrada de una IRP con tejido del tracto respiratorio durante la transmisión por aire puede teóricamente ocurrir en cualquier punto a lo largo del tracto respiratorio humano, pero los sitios de entrada preferidos pueden ser específicos del patógeno. Cabe destacar que la distancia recorrida depende de múltiples factores, incluido el tamaño de la partícula, el modo de expulsión y las condiciones ambientales (como el flujo de aire, la humedad, la temperatura, el entorno, la ventilación).’
Deposición directa’: Ocurre cuando las IRP expulsadas al aire siguen una trayectoria semi-balística de corto alcance, luego se depositan directamente en las superficies mucosas faciales expuestas (boca, nariz u ojos) de otra persona, ingresan así al tracto respiratorio humano a través de estos portales y pueden causar infección.
Los patógenos que pueden transmitirse a otro humano a través de la transmisión por contacto (contacto directo) y no a través de la transmisión por aire (por ejemplo, a través de manos) o indirectamente mediante el contacto con objetos secundarios (fómites, por ejemplo, mesas) o que ingresan al cuerpo humano a través de rutas (por ejemplo, heridas abiertas, cortes o pinchazos con agujas) o patógenos con un reservorio ambiental con predilección por los pulmones (por ejemplo, Legionella y melioidosis) no están cubiertos por los descriptores incluidos pero se mencionan para completitud.
Esta consulta es la primera fase del debate científico global liderado por la OMS. Los siguientes pasos requerirán más investigación técnica y multidisciplinaria y exploración de las implicaciones más amplias de los descriptores actualizados antes de que la OMS emita alguna actualización sobre la guía de prevención y control de infecciones u otras medidas de mitigación.